I
¡Oh Espíritu Santo!, llena de nuevo mi alma con la abundancia de tus
dones y frutos. Haz que yo sepa, con el don de Sabiduría, tener este
gusto por las cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas.
Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana.
Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.
Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación.
Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el
mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del
mundo y del pecado.
Que, con el don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo.
Finalmente, que, con el don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y
veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás
con el pecado.
Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda mi vida
espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al
menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus
preceptos y la dulzura de tu amor. Amén.
II
Ven Espíritu Santo, inflama mi corazón y enciende en el fuego de tu
Amor. Dígnate escuchar mis súplicas, y envía sobre mí tus dones, como
los enviaste sobre los Apóstoles el día de Pentecostés.
Espíritu de Verdad, te ruego me llenes del don de Entendimiento, para
penetrar las verdades reveladas, y así aumentar mi fe; distinguiendo con
su luz lo que es del buen, o del mal espíritu.
Espíritu Sempiterno, te ruego me llenes del don de Ciencia, para sentir
con la Iglesia en la estima de las cosas terrenas, y así aumentar mi
esperanza; viviendo para los valores eternos.
Espíritu de Amor, te ruego me llenes del don de Sabiduría, para que
saboree cada día más con qué infinito Amor soy amado, y así aumente mi
caridad a Dios y al prójimo; actuando siempre movido por ella.
Espíritu Santificador, te ruego me llenes del don de Consejo, para obrar
de continuo con prudencia; eligiendo las palabras y acciones más
adecuadas a la santificación mía y de los demás.
Espíritu de Bondad, te ruego me llenes del don de Piedad, para practicar
con todos la justicia; dando a cada uno lo suyo: a Dios con gratitud y
obediencia, a los hombres con generosidad y amabilidad.
Espíritu Omnipotente, te ruego me llenes del don de Fortaleza, para
perseverar con constancia y confianza en el camino de la perfección
cristiana; resistiendo con paciencia las adversidades.
Espíritu de Majestad, te ruego me llenes del don de Temor de Dios, para
no dejarme llevar de las tentaciones de los sentidos, y proceder con
templanza en el uso de las criaturas.
Divino Espíritu, por los méritos de Jesucristo y la intercesión de tu
Esposa, María Santísima, te suplico que vengas a mi corazón y me
comuniques la plenitud de tus dones, para que, iluminado y confortado
por ellos, viva según tu voluntad, muera entregado a tu Amor y así
merezca cantar eternamente tus infinitas misericordias. Amén.
III
Amor infinito y Espíritu Santificador:
Contra la necedad, concédeme el Don de Sabiduría, que me libre del tedio y de la insensatez.
Contra la rudeza, dame el Don de Entendimiento, que ahuyente tibiezas, dudas, nieblas, desconfianzas.
Contra la precipitación, el Don de Consejo, que me libre de las indiscreciones e imprudencias.
Contra la ignorancia, el Don de Ciencia, que me libre de los engaños del
mundo, demonio y carne, reduciendo las cosas a su verdadero valor.
Contra la pusilanimidad, el Don de Fortaleza, que me libre de la debilidad y cobardía en todo caso de conflicto.
Contra la dureza, el Don de Piedad, que me libre de la ira, rencor, injusticia, crueldad y venganza.
Contra la soberbia, el Don de Temor de Dios, que me libre del orgullo, vanidad, ambición y presunción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario