sábado, 24 de septiembre de 2016

Manantiales en el desierto - 24/9/16

Septiembre 24
"Y como vinieron a Misia, tentaron de ir a Bithynia,
mas el Espíritu no les dejó." (Hechos 16.7)

Que PROHIBICIóN tan rara! Estos hombres iban  a Bithynia para hacer el trabajo de Cristo, y se cerró la puerta contra ellos por el mismo Espíritu de Cristo.

En algunos momentos yo también he experimentado ésto. Algunas veces me he encontrado interrumpido
en lo que me pareció una carrera de gran utilidad. Vino la oposición y me hizo retroceder, o me visitó la enfermedad y me obligó a retirarme aparte a un desierto

En tales ocasiones, era muy duro dejar mi trabajo sin hacer,cuando creía que aquel trabajo pertenecía al servicio del Espíritu. Pero llegué a recordar que el Espíritu no tiene solamente
un servicio de trabajo, sino también un servicio de espera. Llegué a ver que en el Reino de Cristo no solamente hay tiempos para accionar, sino también tiempos para abstenerse de obrar.
Llegué a aprender que un lugar desierto, a menudo es el sitio más rico en la recolección que las estaciones en que hay abundancia de trigo y de vino. He sido enseñado a dar gracias al
Santo Espintu porque muchos queridos Bithynios se hayan quedado sin que les visite.

y así Espíritu Divino, deseo que Tú me guíes. Y aún tengo que pasar muy a menudo por prósperos disgustos de gran utilidad. El mañana se cierra para mí, en el preciso momento en que voy a entrar en él

Enséñame para que pueda ver otra puerta en la hora en que no haga nada. Enséñame y ayúdame en la prohibición de servirte, a encontrar una nueva entrada en Tu servicio: Inspírame con el conocimiento, de que un hombre puede ser llamado a cumplir con su deber, y que éste consista en hacer nada, en trabajar permaneciendo sin moverse, en servir esperando. Cuando recuerde el poder "de la voz pequeña y apacible," no murmuraré porque el Espíritu no me permita ir algunas veces.

-George Matheson

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